lunes, 26 de noviembre de 2007

a) Diversidad-obstáculo desde las condiciones laborales de la docencia

La diversidad de la que venimos hablando, puede registrarse o no. Según lo expuesto por Silvana Cadahia, este no reconocimiento de las características del sujeto que aprende y el desconocimiento de las singularidades de las personas a quienes va destinada la propuesta didáctica, es el resultado de extensa cadena de fenómenos que se suceden uno a otro a manera de fichas de dominó que caen una tras otra, generándose un círculo vicioso. La falta de reconocimiento desde el sistema educativo hacia el docente, que se vislumbra en las deplorables condiciones laborales y esconde mucho más que esto, genera en este último una cierta “violencia” que cada cual resolverá de la manera que pueda: reprimiéndola y enfermándose, descargándola en la escuela o en otros ámbitos, entre otros. “Pero ¿qué hace el docente frente a ese desconocimiento y esa falta de reconocimiento? (respondiéndose) lo reproduce desconociendo, no reconociendo a sus alumnos.”[1]
[1] Entrevista a Silvana Cadahia - Véase ANEXO

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